servicio tecnico reparacion reparar



Servicio tecnico electrodomesticos

Reparacion de lavadoras, lavavajillas, frigorificos, neveras, aire acondicionado, calentadores, secadoras, congeladores, vitroceramicas y hornos.

Servicio tecnico televisores

Asistencia tecnica en television de plasma, LCD, LED y televisores de tubo.

Servicio tecnico proyectores

Reparacion, mantenimiento y cambio de lamparas en aparatos de proyeccion.

Servicio tecnico camaras

Reparacion camaras digitales, fotograficas y videocamaras o camaras de video.

Servicio tecnico CIT

Reparación de electrodomésticos, televisores y otros aparatos electrónicos del hogar.

31 de marzo de 2010

La Lavadora

La lavadora automática, junto con el frigorífico son, sin lugar a duda, los dos electrodomésticos que más han revolucionado el concepto de trabajo en el hogar. Hoy en día no se concibe un domicilio sin estos dos electrodomésticos de tanta utilidad y sin los cuales, nos sentiríamos perdidos, ya que, aunque en el caso de otros países, están acostumbrados a llevar la ropa a lavanderías públicas, en España, apenas se ven este tipo de establecimientos. Es por esto que tenemos otro concepto de la lavadora automática como electrodoméstico necesario en el hogar. Además, actualmente, existen lavadoras al alcance de cualquier persona, económicamente hablando.

Por otro lado, es un electrodoméstico que evoluciona constantemente, y sus fabricantes adaptan constantemente su tecnológica de modo que se adapte a las exigencias de uso y económicas. Asimismo, para los más exigentes en el cuidado del medioambiente, las hay con programas de tipo "eco", accesorios para aprovechar mejor el detergente y, en el caso de las lavadoras-secadoras, se da la posibilidad de que la ropa salga seca y dispuesta para el planchado.

Las encuestas aseguran que el 99% de los hogares españoles están equipados con lavadora. La media de vida de una lavadora es de 10 años, y se calcula que son capaces de realizar más de 2.000 lavados durante su vida útil. Se estima que una familia de cuatro miembros hace uso de la lavadora entre tres y cinco veces a la semana, por eso hay que tener en cuenta el coste que supone su utilización y el trastorno de quedarse sin poder utilizarla por avería. Esto hace pensar que la compra de una lavadora no debe hacerse a la ligera y es aconsejable saber qué tipo es el que más nos conviene, en función de su capacidad, las revoluciones con las que lava y el consumo de agua y electricidad en cada lavado.

Por tanto, el objetivo es claro: que el aparato elegido garantice, con el coste más ajustado posible, un lavado eficaz y permita ahorrar dinero y consumo de energía y agua.

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de comprar una lavadora es su capacidad de carga que consiste en el número de kilos de ropa que es capaz de lavar en una sola vez. Aunque hay que saber que a mayor capacidad de carga, el precio y el consumo de agua y luz también son mayores. Por tanto, se deben valorar las necesidades reales de cada hogar y elegir un modelo adecuado a la cantidad de ropa que se lava de manera habitual.

El segundo elemento que se debe valorar es su velocidad, que se mide en revoluciones por minuto. Si vivimos en una zona más húmeda o en la que las lluvias son más frecuentes debemos comprar un aparato con más revoluciones ya que la ropa quedará menos húmeda y su secado será más corto. Los modelos actuales del mercado van desde las 600 rpm, hasta las 1.400 rpm. Cuanto mayor sea el número de revoluciones, mayor será el precio del aparato, ya que, éstos ofrecen más funciones y programas, como el antiarrugas o el de fácil planchado.
Fuente http://servicio--tecnico.blogspot.com

Lavavajillas uso

Para un buen uso del lavavajillas, diremos que, antes de colocar los platos en el lavavajillas hay que retirar todos los restos de comidas y, para realizar esta tarea, las servilletas de papel o el papel de cocina son ideales.

Para aprovechar al máximo nuestro lavavajillas debemos acomodar los platos de manera que quepa todo sin rozar las paletas de lavado.

Hay que cuidar que las piezas más grandes no tapen a las más pequeñas. Los de mayor tamaño se colocan más cerca del exterior y hay que dejar el espacio adecuado entre los platos para permitir que el agua llegue a todos los rincones. Además, debemos comprobar que no queden obstruidas las salidas de agua y lavavajillas.

Para un buen lavado, hay que usar agua caliente y, si no vamos a ponerlo en funcionamiento inmediatamente, se debe realizar un enjuague para que la suciedad no se adhiera. Actualmente los lavavajillas disponen de un programa de prelavado donde los platos quedan listos para ser lavados, sin despedir olores desagradables y evitar que se pegue la suciedad.

Una vez acabado el proceso de lavado, no se debe abrir el lavavajillas en seguida, sino esperar a que se enfríe, así el sistema de secado actuará hasta el final. Para vaciarlo, primero debemos quitar los objetos de la bandeja inferior y esto evitará que lo que se ubique en ella se moje al vaciar primero la superior.

Si es poca cantidad de menaje la que hay que lavar, es mejor hacerlo a mano. Pero cuando la familia es numerosa, ahorraremos tiempo y agua con el uso adecuado del lavavajillas.

Para elegir un lavavajillas deberemos tener en cuenta lo siguiente:

El tamaño: Hay que elegir el más adecuado, ya que, no es lo mismo ser 6, 4 o 2 de familia.

En el mercado pueden encontrarse desde los estándar, que van colocados debajo de la encimera hasta los más pequeños que pueden colocarse sobre la encimera y conectarlos a un grifo. Hay modelos con cestas intercambiables muy prácticos a la hora de acomodar los platos. Los nuevos modelos tienen un triturador para evitar tener que enjuagar los platos antes de colocarlos en el lavavajillas. También es importante que traiga incorporado un dispositivo anti-inundación, purificador de agua si usted vive en zonas de agua duras y diversos niveles de presión, lo que permitirá deshacer la suciedad con más eficacia.

Los programas: Hay que analizar los programas que ofrece cada aparato y elegir los que traen un prelavado, así no tendrá que lavar inmediatamente o cuando todavía no ha llenado completamente su capacidad. Debe tener programas para lavar con media carga para cuando hay pocos platos colocando todo en una sola bandeja (superior o inferior) y programas especiales para platos muy sucios.


Para una correcta limpieza del lavavajillas se aconseja retirar las rejillas (filtros) que están debajo del aspersor de agua y lavar con agua jabonosa en el fregadero. Asimismo, un buen sistema es que, una vez está vacío el aparato, se ponga un corto de lavado con un limón partido al medio. La parte exterior bastara un paño humedecido en bicarbonato o vinagre blanco.

Por último, le diremos como información interesante y necesaria que “la cantidad de agua que se desperdicia cada día en el hogar dejando un grifo abierto durante 15 ó 20 minutos (más o menos el tiempo que se tarda en lavar los platos) es de un promedio de 100 litros de agua potable. Y no es necesario recordar la escasez de agua que estamos sufriendo en este siglo. Por eso hay que ser conscientes y dosificar su uso”

Lavavajillas recomendaciones

El lavavajillas ha llegado a ser un electrodoméstico de gran ayuda en la cocina y, además, con él ahorramos tiempo, agua y energía.

Antes de comprar un lavavajillas, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

- Donde lo ubicaremos.
- Qué apariencia tendrá.
- Qué uso vamos a darle.

Asimismo, hay que saber que prestaciones nos ofrecen en cuanto a si son más o menos silenciosos, la rapidez, si contemplan lavados ecológicos o no, etc.

Además, hay que tener en cuenta el tamaño que será el adecuado en función del número de miembros familiares.

Existen tres tipos de lavavajillas:

- Los independientes: Estos carecen de encimera y son de libre instalación.
- Los panelables: Se ubican bajo la encimera.
- Los integrables: Quedan totalmente ocultos.
En cuanto a las temperaturas de lavado, suelen oscilar entre los 45º de mínima y los 70º de máxima, lo que consigue higienizar la vajilla, además de limpiarla.

Por otro lado, un lavavajillas consume seis veces menos agua que si lavas a mano y la cantidad de detergente también es menor. Para ahorrar agua, procure utilizar el lavavajillas sólo a plena carga. Elija el programa adecuado a la suciedad de la vajilla. Usar un programa largo para una vajilla poco sucia significa un despilfarro de energía y agua.

Dicho esto, le ayudaremos a elegir correctamente el lavavajillas que le pueda servir mejor, así como la forma correcta de uso del mismo.

Consejos:

Primero: Elija un lavavajillas con etiqueta energética de clase A, ya que, tienen un consumo reducido de electricidad.

Segundo: Debe elegir un modelo que disponga de protección antidesbordamiento. Los últimos modelos de lavavajillas son aparatos muy bien equipados, con muchos programas y opciones de funcionamiento, sin embargo, no todas las funciones son igualmente útiles. Aconsejamos que valore la presencia de sistemas "aquastop", antidesbordamientos y contra las fugas de agua.

Tercero: Debe tener en cuenta la duración del lavado a la hora de elegir un lavavajillas. Algunos estudios han demostrado que, en muchos lavavajillas, la duración del programa normal es excesiva, pues ronda las dos horas, aun eligiendo el programa ECO, que puede prolongarse aún más. Fíjese en lo que indican las instrucciones del lavavajillas en ese sentido. En cualquier caso, si la vajilla no está muy sucia y los restos son recientes, un programa corto puede ser suficiente.

Cuarto: Sea cuidadoso al colocar la vajilla en el lavavajillas. Separe los platos de forma que no se quede sitio suficiente entre ellos para que el agua corra con facilidad. Coloque los cacharros hacia abajo para evitar que se acumule agua. Compruebe que las aspas giran sin tropiezos. Si tiene cestillos con tapas perforadas para los cubiertos, úselos, mejoran la limpieza.

Quinto: Revise los niveles de abrillantador y sal del lavavajillas, y rellene los depósitos cuando sea necesario.

Sexto: Regule el descalcificador según la dureza del agua. Si vive en una zona de aguas duras, prográmelo para que se regenere con mayor frecuencia. Esto hará que consuma más sal, pero mejorará la limpieza y alargará la vida del lavavajillas.

Séptimo: Mantenga los filtros del lavavajillas siempre limpios. Procure al menos eliminar los restos más gordos después de cada lavado. La acumulación de suciedad en ellos genera problemas de lavado y gasto superfluo de energía.

Octavo: No abra la puerta del lavavajillas nada más terminar el programa. Aconsejamos dejarla cerrada una media hora para que el secado sea más eficaz. De lo contrario, se formará condensación de vapor al enfriarse los cacharros más rápidamente.

Noveno: Vea que el fondo de las cestas del lavavajillas no sea demasiado abierto, para que no se cuelen las piezas pequeñas o los mangos de los cacharros. Los soportes para los platos deben ser capaces de sostenerlos bien separados, con espacio para que circule el agua. Un cestillo portacubiertos con divisiones o, mejor aún, una bandeja independiente para cubiertos mejorarán la limpieza de los cubiertos. Es práctico que la cesta superior del lavavajillas se pueda regular en altura. Mejor si es mediante un sistema de clips, ya que, los que llevan unas ruedecitas obligan a sacar la cesta para realizar el ajuste.

4 de marzo de 2010

Mantenimiento de cocinas

El aspecto que asegura una larga vida a un electrodoméstico y, por lo tanto, a una cocina es el mantenimiento. Aunque actualmente los diseños están orientados a la auto-limpieza (hornos pirolíticos), sobre todo los equipos eléctricos, a las cocinas a gas es muy conveniente dedicarlas la mayor atención desde el punto de vista del mantenimiento de un servicio técnico. Uno de los problemas más frecuentes que se da es provocado por la suciedad de un horno. La grasa que se va acumulando en su interior, si no es retirada habitualmente, puede llegar a obstruir los orificios de los fogones internos y obligar a llamar al servicio técnico. Por ello, se revisten los interiores de estos aparatos con unos esmaltes especiales que dificultan la adherencia de la grasa a sus paredes.
La ventaja de la cocina a gas es lo económica que es por el combustible usado, pero por ello mismo puede sufrir unos tipos de averías distintos a los que sufriría una cocina eléctrica. Las placas vitrocerámicas consumen electricidad en su mayoría (menos las de cristal-gas) y las averías por suciedad se reducen al mínimo porque se limpian muy fácilmente. Los daños que puede sufrir se pueden resumir en roturas del cristal vitrocerámico por algún golpe, o averías electrónicas en general. En ambos casos hay que solicitar servicio técnico para el arreglo de la avería.